
La comunicación como elemento inherente al ser humano, es un proceso dinámico y cambiante, capaz de adaptarse al ser humano como tal y a las herramientas dispuestas para ello.
Por tanto, los estudios sobre la comunicación como campo disciplinar, dan cuenta de diversos modelos, lineales, circulares, bidireccionales y, el más reciente, reticulares, este caracterizado por la formación de redes de contactos donde la información viaja de forma rápida y en múltiples direcciones.