Nuestra historia

En el año 2003 por iniciativa del profesor Edgar Antonio Sánchez Ortiz, se propuso la creación de una facultad que estuviera relacionada con el área de las humanidades, conformada por programas académicos que atendieran las necesidades de la zona de influencia de la institución, como lo es el Catatumbo Colombiano, históricamente golpeado por la violencia y el narcotráfico. Es así, cómo después de un análisis del contexto, nace la idea de crear el programa de Comunicación Social, con el objetivo inicial de profesionalizar a los periodistas empíricos que hacían parte de los medios de comunicación del municipio de Ocaña y la región, para que aportaran desde la academia al desarrollo y cambio social; y con el propósito de ofrecer a los jóvenes que salían de los colegios, una formación como comunicadores sociales, puesto que, era una de las carreras más solicitadas por la comunidad estudiantil.

Así las cosas, ese mismo año, se solicita a la oficina de Planeación de la UFPSO, que realizara el estudio de factibilidad, siendo Doris Cecilia Páez Quintero la profesional universitaria encargada de esta función, quién realizó el análisis de mercado con los directamente beneficiados, los estudiantes de los colegios del municipio de Ocaña, obteniendo una aceptación de más del 90%.

Con estos resultados favorables, se da inicio a la estructuración de la información para crear el documento maestro del programa, conforme a la normatividad vigente del Ministerio de Educación Nacional, el Decreto 2566 de septiembre 10 de 2003, el cual exigía el cumplimiento de 15 estándares de calidad.

En el proceso de búsqueda de información para realizar la justificación de la creación del programa, la profesora Doris Cecilia Páez Quintero, investiga la oferta académica a nivel país y de región, identificando que, a nivel de región solo existían dos programas de Comunicación Social, el de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y el de la Universidad de Pamplona; igualmente, se observó que muchos de los profesionales de Comunicación y Periodismo del municipio y la región, eran egresados de la Universidad Autónoma del Caribe en Barranquilla, porque ésta representaba la mejor opción económica de la época. Lo anterior abrió el abanico de posibilidades para justificar su oferta académica.

Durante la etapa de la recolección de información para el cumplimiento de los estándares institucionales, la profesora Doris Cecilia Páez Quintero, consideró necesario buscar el acompañamiento de comunicadores sociales que aportaran sus conocimientos en el área específica, por lo cual contactó al Comunicador Social Heverd Augusto Páez Quintana, quien contribuyó a la construcción de los estándares específicos exigidos por el MEN;  además, se contó con un asesor externo, experto en diseño de nuevos programas académicos, el Doctor Jorge Salazar, quien definió los lineamientos institucionales y de programa, y participó junto a la profesora Doris Páez y Heverd Páez en la redacción de todo el documento maestro de registro calificado; seguido de esto, se realiza el trámite y defensa ante el Consejo Superior Universitario de la Universidad Francisco de Paula Santander, donde fue aprobado mediante el Acuerdo No. 011 del 29 de marzo de 2004.  Luego de esta aprobación, se presenta el documento maestro de registro calificado al Ministerio de Educación Nacional, y se recibe la visita de los pares académicos en el segundo semestre del año 2005, pero fue hasta el primer semestre de 2006 cuando se obtiene la aprobación del registro calificado y aval para abrir el programa mediante resolución N°3061 del 14 de junio de 2006.

Al tiempo que se recibía la aprobación por el MEN, por primera y única vez en la historia de nuestra institución, se oferta un pre-universitario en febrero de 2006, al cual se inscribieron 96 estudiantes que deseaban ingresar a la carrera de Comunicación Social, dando lugar a que, en agosto de 2006 se cumpla el sueño de ofertar formalmente el primer semestre del programa de Comunicación Social con los estudiantes que ganaron el pre-universitario. Fueron tres cursos lo que se abrieron, de los cuales dos eran en la jornada diurna con 40 estudiantes cada uno, y el otro en la jornada nocturna, con 20 estudiantes. 

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